Guía de roedores

Los hámsters son roedores sociables que además de como animales de laboratorio para experimentos relacionados con la salud son utilizados por muchas personas como mascotas. Si quieres tener información curiosa y detallada sobre ellos, en este artículo te damos la posibilidad.

¿Los hámsters hibernan?

La cuestión de si los hámsters hibernan o no depende de la especie de la que se trate. Así, el dorado sirio, el hámster más conocido y habitual en la cría como mascota, no es una especie que precise de hibernar en su hábitat natural porque en Siria hace el suficiente calor para ellos incluso en invierno. Sin embargo, a pesar de no desplazarse largas distancias huyendo del frío o de no recluirse hasta que este pase, sí construye madrigueras de más de dos metros de profundidad y guarda provisiones. Asimismo, cuando la temperatura media baja a menos de 15 grados Celsius, los hámsters dorados merman su actividad física y por debajo de los 10 grados se echan a dormir durante cuatro o siete días, para luego despertar y alimentarse de las citadas provisiones, y volver al reparador sueño. Aparte del dorado sirio, otras especies de hámsters, cuyo hábitat natural es mucho más frío que el Oriente Medio, sí hibernan para protegerse del frío extremo. Un ejemplo es el hámster ruso blanco, que además de buscar un refugio donde descansar los días que duren las heladas, cambia el color de su pelaje de gris a blanco, para camuflarse con la nieve y eludir a sus depredadores.

¿Qué comen los hámsters?

Al igual que los humanos, los hámsters son omnívoros, lo cual significa que necesitan de una amplia variedad de alimentos para nutrirse adecuadamente, tanto en su medio natural como en cautiverio. De esta forma, se alimentan de hierbas, semillas, granos, insectos pequeños como grillos, gusanos, verduras y frutas. Por ello, un buen criador deberá proveerles a sus mascotas una alimentación lo más semejante posible a esa variada que tienen en su hábitat, e incluso pueden hacer incorporaciones buenas como pequeñas dosis de carne cocida, sobre todo pollo, que los tiernos roedores agradecerán mucho. En las tiendas de mascotas se venden golosinas para hámsters, las que, si bien gustarán mucho, no son indispensables para que estos animales estén bien alimentados. Lo mejor y más saludable es brindarles dosis mesuradas de lo que identifiquemos les gusta más, cuidando que sean mejor productos naturales.

¿Los hámsters muerden?

Aquellos que tienen hámsters como mascotas están expuestos a alguna que otra mordida ocasional por parte de los pequeños roedores. Sin embargo, esto sucede solo con los hámsters jóvenes y que aún no han sido adaptados al contacto físico y la manipulación, así como con aquellos que por un motivo u otro se sientan asustados y nerviosos, y morder constituye su mejor defensa. Afortunadamente, adaptar a un hámster a la manipulación es bastante sencillo. Si tenemos uno nuevo en nuestra cría, o se trata de un hámster de más de 21 días de nacido, tiempo en el que dejan de ser bebés y ya se pueden coger en la mano, para adaptarlos al contacto debemos introducir con suavidad la mano en la jaula, preferentemente con una golosina en ella, y dejar que sea el hámster el que venga hacia la mano y no al revés.

Una vez haya degustado la delicia que le ofrecemos identificará a la mano como un agente amigo y, si no a la primera, bien pronto dejará que lo acariciemos y tomemos en la mano.

¿Dónde viven los hámsters?

Los hámsters habitan por naturaleza en escenarios variados. Pueden vivir en bosques y zonas de vegetación variada, en las que pueden obtener los alimentos que precisan, así como en áreas un poco áridas pero con los recursos necesarios para subsistir. La zona geográfica exacta depende del tipo o raza del que se trate, en cuyos nombres viene precisada muchas veces. Así por ejemplo, el hámster dorado o sirio es natural de Siria, mientras que hámsters enanos como el de Campbell o invierno son de la Siberia rusa. Otras regiones en las que son frecuentes son Manchuria y Mongolia. Amén de todo esto, en cautiverio los hámsters pueden vivir bien con tan solo unas condiciones básicas como una jaula segura, por la que no se pueda escabullir o en cuyas oquedades no se trabe, o en una pecera. Eso sí, hay que garantizarles comida, agua y objetos que simulen materiales frecuentes de su medio natural y les sirvan para la nidificación y la realización de ejercicio físico.

¿Cuánto miden los hámsters?

La respuesta a la pregunta es bastante variable, porque depende del tipo de hámster con el que estemos lidiando. La longitud promedio del más común, el dorado sirio, oscila alrededor de los 15 centímetros, con un peso entre 140 y 180 gramos, mientras que la de los pequeños hámsters robos (por Roborowski) es de 5,5 centímetros, con 25 gramos de peso. Otras variedades, como la enana de Campbell y la rusa blanca, alcanzan en promedio los 10 centímetros, con pesos cercanos a los 50 gramos, y la china, también de hámsters enanos como las dos anteriores y los robos, rara vez rebasa los ocho centímetros. El tamaño de estos animales, además de por la genética y las líneas de raza, está influido por las condiciones de vida de las que disponga, entendiendo estas como alimento, agua, actividad física y tranquilidad, ya que son muy asustadizos y sensibles al estrés.

¿Por qué los hámsters corren en la rueda?

Probablemente la imagen que más nos viene a la cabeza cuando pensamos en hámsters y otros animales de laboratorio es la de ellos corriendo por una rueda giratoria. Sin embargo, esta actividad no obedece a experimento alguno, sino a que de forma natural los hámsters precisan de la actividad física. En la naturaleza son animales de hábitos marcadamente nocturnos, que llegan a recorrer grandes distancias cada noche para obtener las provisiones que necesitan. Esto lo hacen la mayoría de las veces a gran velocidad y cuando no pueden hacerlo no se sienten bien y son más vulnerables a enfermedades y otros problemas de salud y bienestar general. Por ello, en cautiverio se les deben facilitar juguetes como ruedas giratorias, que les permitan ejercitarse y canalizar su energía desde la tranquilidad de la jaula. Las mejores son las sólidas, que carecen de escalones, ya que en estas se les podrían trabar sus pequeñas patas.