Cada vez más personas deciden adoptar y criar cobayas como mascotas. Son animales relativamente pequeños, agradecidos y tiernos, que pueden cumplir perfectamente el rol de animal afectivo que tradicionalmente la familia busca.

Sin embargo, y a pesar de que son pocos en comparación con otras mascotas, las cobayas requieren cuidados especiales. En este artículo detallamos los más generales e importantes a modo de guía, una de la que podrás valerte en muchas ocasiones para el perfecto cuidado de tu pequeño amigo o en plural si decides adoptar a más de uno.

¿Cómo alimentarlas?

La alimentación es un aspecto clave en el cuidado de cualquier mascota. En el caso de las cobayas es importante tener presente que son herbívoras, por lo que debemos propiciarles una dieta variada y equilibrada, en la que estén presentes todos los nutrientes que necesita.

Por ello, no basta con darles solo pienso especial para cobayas, sino que este, que también es importante, debe combinarse con dosis de productos secos como semillas y de frutas y verduras, siempre troceadas para que las digiera con facilidad.

Los expertos en la cría de cobayas recomiendan colocar la comida en recipientes de acero inoxidable, así como brindarles ocasionalmente alguna que otra golosina o caprichito, para su disfrute y para consolidar el afecto que siente por nosotros, quienes las alimentamos.

Además, también se recomiendan dosis habituales de heno o alfalfa, alimentos que no solo disfruta y le son útiles para hacerse su lecho por ejemplo, sino que también les permite contrarrestar la mal oclusión dental.

¿Cómo mantenerlas limpias y sanas?

Para que nuestras cobayas estén lo suficientemente limpias y sanas debemos velar por una continua higiene tanto en el nido o jaula como en su pelaje.

Por eso, debemos cepillarlas con mucha frecuencia, preferentemente a diario, y valiéndonos de un cepillo suave. Con esta operación eliminaremos el pelo muerto y evitaremos la aparición de nudos en el pelaje.

Asimismo, debemos retirar de la jaula las acumulaciones de pelo, fundamentalmente para prevenir su ingesta por parte del animal y los trastornos digestivos que aparecerían como consecuencia.

Además del cepillado, para la higiene es muy importante el baño. Este, algunos recomiendan hacerlo cada tres o cuatro meses, aunque lo mejor es llevarlo a cabo cuando observemos que el animal tiene el pelo muy sucio o huele realmente mal.

Para el baño es de vital importancia la temperatura del agua, que no puede estar ni muy caliente ni demasiado fría. De igual forma, el champú a usarse debe ser preferiblemente de los especiales para conejos u otras mascotas, y se debe tener cuidado para que no penetre en los ojos, oídos, nariz o boca.

En cuanto al secado, lo aconsejado es realizarlo con una toalla de algodón, mientras más suave mejor, y nunca con una secadora, ya que el ruido podría provocar infartos o sustos tremendos a las nerviosas cobayas.

Si por una causa u otra viésemos que nuestra mascota tiene lagañas, podemos quitárselas con la ayuda de un palillo con algodón húmedo, aunque si estas llegan a ser frecuentes lo mejor es acudir al veterinario, pues son síntomas de parásitos y otras enfermedades.

En ese sentido, las cobayas deben ser desparasitadas de forma interna y externa con frecuencia, pero sin necesidad de vacuna alguna, ya que a diferencia de otros animales domésticos, no las necesitan para contrarrestar nada.

En la jaula las cobayas producen mucha orina, por lo cual se aconseja el uso de un lecho absorbente y su cambio periódico. Esto contribuiría enormemente a la mantención de la higiene en el recinto del animal y a la prevención de muchas enfermedades frecuentes.

¿Cuidados especiales para la adaptación?

Aparte de todo lo anterior, con las mascotas algo de mucha relevancia es su adaptación al recinto que hemos dispuesto para ella y a nuestro hogar. Para que ese proceso sea efectivo debemos tener algunos cuidados especiales.

Así, si ya hay otra mascota en casa u otra cobaya, lo indicado es acondicionar a la nueva en una jaula pequeña y solitaria, que se ha de colocar al lado de la jaula o recinto del otro animal.

De esta forma ambos se irán reconociendo y adaptando a la presencia del otro, la que terminarán por aprobar y asumir como algo natural, al punto de que tras unos días podremos colocar juntas a las cobayas, a menos que sean machos las dos, o dejar corretear a la nueva mascota junto con el perro de casa, en un espacio en el que siempre que quiera, pues escaparía si así lo decide, pueda retornar a su lugar de descanso.

Con respecto al hogar, es necesario entender que las cobayas son muy sensibles y propensos a estresarse ante los cambios de rutina y ambiente. Por tanto, la introducción a otros espacios más allá de su recinto debe hacerse poco a poco, sin intentar forzar comportamientos.

El proceso lleva curro y paciencia, pero al final, una vez se adaptan, estos animalitos también conocidos como cuys o curieles, terminan por resultarnos muy dóciles y sociables, al punto de que exigirán mucho nuestra atención y compañía.

Algunos consejos para el cuidado efectivo

Otros consejos importantes para el cuidado de una cobaya son sacarla fuera de la jaula un rato cada día, para que se ejercite y no engorde en demasía o se deprima por el aburrimiento; protegerla de las corrientes de aire y temperaturas muy bajas o muy altas, ya que son propensas a constiparse y deshidratarse; mantenerlas en zonas con sombra, pero en las que impacte el sol directamente al menos una hora, para que favorezca la absorción de calcio; y brindarles agua fresca al menos dos veces al día.

Si tenemos todo esto presente y lo llevamos a cabo, nuestra o nuestras cobayas gozarán de una vida feliz, sana y duradera.